domingo, 26 de septiembre de 2010

Una institución tradicional del barrio: el Instituto Roffo



Entre las instituciones que se destacan en el barrio de Agronomía es preciso mencionar el Instituto de Oncología Angel H Roffo, que ocupa un predio de casi 4 hectáreas con 13 pabellones rodeados de generosos espacios verdes, sobre un triángulo formado por las avenidas San Martín, Francisco Beiró y Nazca.

Nace como Instituto de Medicina Experimental, en los '20

El Instituto nació a principios de los años ’20 bajo el nombre de Instituto de Medicina Experimental para el Estudio y Tratamiento del Cáncer. Hay que admitir que el vecindario ejerció resistencia y terminó aceptando con reticencia la instalación, por los temores que despertaba una enfermedad que aún era poco conocida y venía rodeada de un halo de misterio y peligro. Había sido el doctor Angel Roffo el que suscitó en la Academia Nacional de Medicina la iniciativa de abrir una institución para investigar y tratar el mal. Roffo era ya un médico de amplio prestigioso que rondaba los 40 años de edad cuando presentó un trabajo sobre el tema y fue el académico Dr, Daniel Cranwell el que hizo la propuesta. La Universidad de Buenos Aires cedió terrenos de la amplísima Facultad de Agronomía y Veterinaria y el 19 de abril de 1922 se inauguró el primer pabellón con dependencias para esterilización del material, laboratorio, sala de rayos X, consultorios y oficinas para la administración y Dirección. Nacía así el primer establecimiento oncológico de América. Roffo fue su primer director.

Nuevos pabellones

A un año de su fundación, el Instituto inauguraba su segundo pabellón, que lleva el nombre de Emilio Costa, y fue dedicado a la investigación. Paralelamente, la familia Costa donó la Capilla de santa Francisca Romana, que se erigió en el mismo predio.

Helena Larroque de Roffo, otra impulsora

Con Angel Roffo colaboró desde el principio su esposa, Helena Larroque, una entrerriana de Concepción del Uruguay, nacida en 1882, igual que su marido. Ella había estudiado medicina (si bien no pudo recibirse por culpa de una enfermedad que la postró) y había acompañado a Roffo en sus viajes de perfeccionamiento por el mundo, en uno de los cuales ambos estuvieron en contacto con Marie Curie y estudiaron con ella la utilización del radio con fines terapéuticos. De hecho, los primeros estudios radiobiológicos realizados en nuestro país tuvieron lugar en el Instituto en 1926, bajo inspiración de Roffo.

La señora Larroque de Roffo contribuyó decisivamente al Instituto de Médicina Experimental con la creación de la Escuela de Enfermería (entonces Escuela de Nurses), para optimizar el cuidado integral del enfermo de cáncer. Y buscó permeabilizar al vecindario con la gestación de la Asociación Cultural de Villa del Parque, Devoto y Talar. Ambas instituciones se mantienen: la institución cultural, que tuvo una existencia virtual durante los años ’50 pero que hoy es una activa organización del barrio, tomó el nombre de ella: Asociación Cultural Social y Biblioteca Popular Helena Larroque de Roffo. Despliega numerosas actividades en su sede de Simbrón 3058.


La señora de Roffo murió joven, el 18 de febrero de 1924. Su esposo se mantuvo en la conducción del Instituto hasta 1945, cuando fue desplazado. Murió dos años más tarde, sus amigos decían que “de amargura”. El Instituto de Medicina Experimental tomó su nombre actual – Instituto de Oncología Angel H Roffo- en 1952, en una rehabilitación póstuma a su fundador e inspirador.

El Instituto hoy

Hoy el “Instituto del Cáncer” como se lo llamó popularmente durante años, atiende más de 60.000 consultas por año, opera entre 180 y 200 pacientes por mes en sus 6 quirófanos dotados de aire acondicionado, oxígeno y vacío centrales, con buena iluminación, mesas de anestesia completas con los controles adecuados. Su Área Médica cuenta con un Hospital de Día para quimioterapia ambulatoria que realiza 400 tratamientos mensuales.

Los vecinos hace años que depusieron sus reticencias. Hoy el Instituto forma parte normal del paisaje y para muchos es otro motivo de orgullo barrial.

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